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BEATRIZ ELORZA

Entrevista de Miriam Lafuente a la artista Beatriz Elorza

EMOCIONES EN EL LIENZO

 

 

De la arquitectura a la pintura...

 

 

 

Siempre me había interesado la pintura pero, durante la carrera, al ser esta tan intensa, no tuve la oportunidad de dedicarle tiempo. Comienzo a pintar al estar ya trabajando en un estudio de arquitectura en Madrid. Empiezo a dar clases de pintura como forma de evasión del trabajo; quería experimentar con el color. Considero que, en mi caso, proceder del mundo de la arquitectura no me ha dado más que ventajas, porque soy muy libre a la hora de crear, nadie me ha explicado cómo tengo que pintar y mis conocimientos como arquitecta los aplico a la hora de componer la obra. En mis primeros cuadros utilizo la técnica del collage, influenciada al principio por artistas como Robert Rauschenberg o Tápies, pues siempre me habían fascinado. Al año me ofrecen exponer en una galería de Madrid. En 2008, al inicio de la crisis, las cosas van a peor y en 2011 pierdo el trabajo.

 

 

 

El sector para el que trabajabas fue duramente golpeado por la crisis...

 

 

Quizás fue una suerte en mi caso porque me lleva a salir de mi zona de confort y emprender un viaje a Nueva York una temporada para encontrarme a mí misma. Tengo la suerte de dar con una escuela de arte The Art Students League, cuna del expresionismo abstracto americano de los años 40. Comienzo allí un programa anual y la evolución de mi pintura es notable.

 

 

 

 

New York, New York, cantaba Frank Sinatra. ¿Cómo es?

 

Una ciudad vibrante, mucha energía y mucha información visual en cada esquina. Al principio, quería plasmar todo lo que absorbía de esta información visual en mis cuadros, son pinturas cargadas de mensajes, de color, agresivas en cierto modo, como la ciudad, que denotan una búsqueda, algo inconcluso. Poco a poco voy desarrollando un proceso creativo más selectivo de esta información y voy abriendo el espacio negativo de mis cuadros, que van respirando más. Esto coincide con mi estado de ánimo más positivo, voy redescubriéndome a mí misma y ganado confianza, seguridad y determinación. Todo ello queda reflejado en mi obra.

 

 

El cambio suele traer buenas cosas...

 

Mi pintura experimenta una evolución notable en esos años: con la energía de Nueva York, mis pinturas se vuelven más expresivas, dejando atrás el collage y los elementos externos a mi pintura que al inicio utilizaba como puntos de interés. Conforme voy adquiriendo confianza y destreza, voy creando mis propios puntos de interés visual a partir de mi propia pintura. Al año y medio consigo la representación de mi galería de Nueva York preferida, Spanierman Gallery: un sueño hecho realidad. Cuando su dueño, Ire Spanierman se jubila cerrando la sede, consigo una exposición en Anderson Contemporary y, más tarde, en Rafael Gallery. Actualmente estoy representada por Cavallier Ebanks Gallery, con galerías en Nueva York, Palm Beach, Greenwich y Nantucket.

 

 

 


Y llega otro cambio, y otro y otro...

 

Por motivos personales me voy a vivir a  Bristol y mis obras se contagian de la vida tranquila del countryside inglés. En mi vida personal encuentro más tranquilidad, y esto se ve plasmado en los cuadros, que tienden a ser más armónicos, con tonalidades más suaves y que reflejan mi inspiración en la naturaleza. De Bristol me voy a vivir a Londres, que es como volver a empezar. Una plaza nueva. El hecho de ser elegida dos años consecutivos para exponer en la Summer Exhibition de la Royal Academy me abre puertas a las galerías Tuner Barnes, Wyecliffe Galleries y Clarendon Galleries. Encuentro inspiración sobre todo en mi día a día, trabajando con más artistas en Wimbledon Art Studios, una comunidad de más de 150 artistas. Sin duda una experiencia muy enriquecedora.

 

Ahora me encuentro en Italia, donde tengo la esperanza de que me ocurran cosas apasionantes, también en el ámbito personal. Espero seguir evolucionando artísticamente: experimentar más y probar con la escultura, descubrir nuevas líneas de mi trabajo cuando mi propia pintura me lo pida pues ni quiero ni me gusta forzar los cambios, me gusta que sea una evolución natural.

 

 

 

 

 

 ¿Te gusta que te identifiquen con la pintura femenina?

 

Entiendo el hecho de que mis cuadros puedan identificarse como pintados por una mujer. Al fin y al cabo, supongo que, al ser parte de mí, mis obras reflejan mi persona y esa sensibilidad queda patente. Pero quizás sea más una cuestión de tema, lo floral asociado a la feminidad. En épocas oscuras, donde en mis lienzos imperan colores oscuros y composiciones menos floreales, esa sensibilidad femenina es más difícil de ver.

 

 

Vivir de la pintura... ¿es cuestión de suerte o de talento?

 

Según mi experiencia, es cuestión de talento, mucho trabajo y persistencia y, sobre todo, creer mucho en lo que estás haciendo y defenderlo. Y sí, creo que la suerte de estar en el momento adecuado y en el sitio adecuado es fundamental, pero para ello también tienes que moverte y buscarlo.

 

La naturaleza te inspira por encima de todo...

 

La naturaleza para mí es belleza pura. Pensar en la naturaleza guía mi proceso artístico y me ayuda a crear un lenguaje artístico dentro del cuadro con el que conectar. Mi propio proceso de trabajo es inspirador, muy sorpresivo, pues comienzo el cuadro mezclando los colores directamente sobre la tela y esto me lleva a encontrar inspiración en las relaciones de color que dejo fuera de mi control. Los cambios estacionales, con su cambio de luz, me influyen sobremanera. En mis cuadros se aprecian los cambios de estación, la llegada del invierno, la calidez de los colores del verano o la emoción expresada a través del color que haya experimentado en un viaje.

 

 

 

 

Háblanos de los colores de tu paleta.

 

Los países me influyen en cuanto me relaciono con ellos. Mis vivencias y la energía que desprenden.  Creo que lo que más me influye es la luz, que afecta a mi estado de ánimo y capto a través del color. Utilizo los colores en función de mi estado de ánimo, he observado que, si estoy tranquila, tienden a ser suaves, tranparentes. En periodos complicados uso colores como negro y gris, mientras que en épocas más tranquilas me salen los colores suaves y la composición más floral. Si tengo conflictos, uso colores más fríos y el cuadro muestra más contraste. Siempre busco la armonía en la composición final del cuadro, porque en este momento de mi vida me hace sentir bien hacerlo así, pero dejando puntos de tensión entre la manchas de color y forma dentro de la composición que dan vida al cuadro. Cuando pinto, me meto de lleno en lo que hago. Al empezar un cuadro intento estar inmersa en el proceso creativo y despejar la mente, desconectarla. De esa forma, mi subconsciente se plasma en cada mancha, dejando paso a la expresividad de la pintura.

 

¿Qué técnicas usas?

 

 Uso una técnica mixta, principalmente acrílico, pigmentos naturales, barras de óleo, tinta china… Es una técnica que me permite versatilidad y que ayuda a desarrollar mi proceso sorpresivo. Cada material crea una textura, y la suma de estas texturas ayudan a construir la expresividad del cuadro.

 

Tu pincelada es muy suelta y ligera, vuela como un pájaro en una tarde de primavera. Pero esa técnica creo que no se improvisa.

 

Esas pinceladas requieren de técnica y mucha práctica. Pero lo más importante es no tener miedo. Me enfrento al cuadro en blanco con la confianza de que va a salir muy bien. Muchas veces me gustaría enfrentarme a la vida de la misma manera.

 

¿Qué es para ti la belleza?

 

 Para mí la belleza es emoción.

 

 

Conoce Beatriz Elorza

Sito web: https://beatrizelorza.com/

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Comentarios: 1
  • #1

    Elena (jueves, 07 noviembre 2019 17:20)

    Me pareces una gran artista y una gran chica
    Sigue así y no cambies
    Después de leer esto me das más serenidad como cuando miro tu cuadro
    Un fuerte abrazo